13 mayo 2007

10 de mayo, 1975

Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre
porque se detendría la muerte y el reposo.

Tu voz, que es la campana de los cinco sentidos,
sería el tenue faro buscado por mi niebla.

Cuando sepas que he muerto di sílabas extrañas.
Pronuncia flor, abeja, lágrima, pan, tormenta.

No dejes que tus labios hallen mis once letras.
Tengo sueño, he amado, he ganado el silencio.

No pronuncies mi nombre cuando sepas que he muerto
desde la oscura tierra vendría por tu voz.

No pronuncies mi nombre, no pronuncies mi nombre,
Cuando sepas que he muerto no pronuncies mi nombre.

Sit terra tibi levis, Poeta.

2 comentarios:

JC dijo...

la "Vanguardia de la Revolución" asesinando poetas. ¿Ves a lo que me refiero cuando dije "la mayoría de combatientes eran salvadoreños. Muchos de ellos con excelentes intenciones"? (Hablo de Roque, por supuesto)

¡Vaya! ¡Me pusiste en el comentario de la semana! Creí que no te iba a gustar...

El-Visitador dijo...

Del Poeta no me gusta hablar. Y es que lo lloro, como si se hubiera ido apenas ayer.

Pero su obra me mueve, porque es profundamente honesta. Por eso, de vez en cuando, recordaré algunas de sus palabras.