25 marzo 2007

Dentro de ocho días, en Roma

MI PAPÁ ME ENSEÑÓ que si uno dice "de aquí a ocho días," se entiende que es en una semana, el mismo día. Domingo a domingo, o miércoles a miércoles, por ejemplo. Pero ojo: la semana sólo tiene siete días. Lo que ocurre es que uno cuenta inclusivemente. Esto es, si cuento hoy, más los siete días que siguen, tengo ocho días.

Pero esto es una anomalía. Cuando uno cuenta años, o meses, uno no cuenta el presente. Por ejemplo, si tenés un préstamo que vas a terminar de pagar en marzo del 2010, y te preguntan cuánto te falta, vos no respondés "cuatro años." Eso sería contar inclusivemente: 2007, 2008, 2009, 2010. La respuesta normal es "tres años." Contás excluyendo el año actual.

¿Cuánto para que acabe el año escolar? Si el tuyo termina en noviembre, vos respondés: "ocho meses": abril, mayo, junio, julio, agosto, septiembre, octubre, noviembre. Contás excluyendo el mes actual.

¿Porqué entonces la inconsistencia, la rareza de contar los días de forma diferente a como contamos prácticamente todo lo demás? ¿De dónde viene este rollo de "ocho días", si todos sabemos que la semana tiene siete?

Sencillo: los romanos contaban sus días inclusivemente. Y nosotros somos sus herederos, aún cuando no nos demos cuenta.

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