570 DESPUÉS DE CRISTO:
— Axum, el imperio cristiano etíope, controla Yemen
— Las superpotencias son la cristiana Bizancio y la zoroastra Persia
— Los peregrinajes son una de las mayores fuentes de ingreso para algunas ciudades
— Abraha, el etíope virrey de Yemen ha construído una gran iglesia en Sanaa
— La mayor competencia del santuario de Sanaa en el sur de Arabia es el de La Meca
— Con 40,000 hombres y elefantes de guerra, Abraha prepara destruir La Meca
— Persia no quiere permitir que los cristianos establezcan hegemonía en Arabia
— Una flota persa invade Yemen y acaba con el reino axumita de Arabia
El folklore beduino árabe luego establece (y así lo dice el Corán) que el elefante de guerra blanco de Abraha no quiso entrar a La Meca. El elefante caminaba en cualquier dirección, menos en la del santuario. Llaman a 570
el año del elefante. Tan emblemático se vuelve el año, que hasta hoy atribuyen que 570 fué el año que nació Mahoma, lo cual es casi ciertamente incorrecto.
Edward Gibbon especuló en 1776 que si Persia no hubiese intervenido, consecuentemente tampoco hubiese habido Mahoma ni Corán. Obviamente, tampoco hubiese habido Al-Andalus, ni Estambul, ni
atarazana, ni Al-Qaeda.
La capital de los persas, Ctesifonte, cayó ante los árabes en 637, bajo el liderazgo de Omar, suegro de Mahoma. Los descendientes de Mahoma exterminaron la religión monoteísta de Zaratustra casi al 100% y gobernaron en Persia hasta 1258, cuando los mongoles nietos de Gengis Kan acabaron con el Califato.
Karma cósmico para los persas, diría yo.